Los ícaros
(Tiempo estimado de lectura: 6 minutos)Canciones de poder del chamán, Jesús Lagunas (komikame)
Esta explicación sobre los ícaros está sacada de mi propia experiencia y de la observación y conversaciones mantenidas con chamanes ayahuasqueros antes, durante y al final de las ceremonias de ayahuasca.
Durante las ceremonias de curación; ya sea empleando ayahuasca, otras o ninguna planta , el chamán, ayahuasquero, curandero o sanador suele acompañar sus movimientos energéticos sobre el cuerpo del paciente con unas determinadas canciones llamadas ícaros. Mediante estas canciones, el chamán, dirige y transfiere parte de su energía a las personas.
Los ícaros también son utilizados para cargar energéticamente objetos ceremoniales con el fin de dotarlos de cierto poder antes de ser utilizados. El chamán icara siempre el ayahuasca antes de darlo al paciente
Así mismo, podemos observar al chamán ” icarando” el mapacho (tabaco), el alcanfor, el agua de florida, la cashimba o la shacapa.
FORMAS DE APRENDER EL ICARO
Los ícaros suelen aprenderse de tres formas distintas:
- Traspasados de maestro a discípulo.
- Creados y aprendidos por el chamán durante la propia ceremonia de ayahuasca. Él, se conecta a la energía de los asistentes y dejando su mente en blanco pasa a convertirse en un mero canal. De esta forma da su permiso al espíritu y sabiduría del ayahuasca para que actúe a través de él.
- Otorgados al chamán por los espíritus de las plantas durante las dietas chamánicas. Cada planta en particular enseña una canción de poder y sanación al chamán según las cualidades físicas y espirituales que la planta posee.
Normalmente lo primero que se aprende de los ícaros es una melodía musical que se va impregnando en la memoria y esencia del chamán. En posteriores ceremonias o dietas, las letras que conformarán el contenido del ícaro, van viniendo a su mente por intuición.
Hay algo que es palmario y manifiesto y es que el ícaro sale desde lo más profundo del alma del chamán y, aunque en un principio puedas ser algo sutilmente perceptible conforme el tiempo y las ceremonias van transcurriendo el ícaro va tomando forma.
Sin embargo, en otras ocasiones, el ícaro es directa y completamente incorporado en una solo ceremonia o dieta.
Lo más importante a tener en cuenta es que al comenzar a recibir un ícaro hay de dejar el consciente aparcado y fluir con la energía del momento.
CLASES DE ICAROS
Hay tantos ícaros como chamanes ayahuasqueros. Cada uno tiene su ícaro personal. Ello es lo que le confiere la cualidad del poder.
Hay ícaros para comenzar la ceremonia. Ícaros para proteger el lugar. Ícaros para cubrir con una “manta de piedra”; cosa que hará que la energías negativas externas no dañen al paciente. Ícaros para llamar a cada planta. Ícaros para curar “ el susto ” en los bebés…étc.
Podría extenderme en definir un sinfín de icaros. Lo que considero una curiosidad es, que algunos ayahuasqueros intentan cantar sus ícaros con un tono y palabras difícilmente imitable; ya que se tiene la creencia de que, si otro ayahuasquero logra cantarlo, el poder de este ícaro es succionado por el chamán imitador; dejando al chamán creador del mismo sin el poder y protección que dicho ícaro le proporcionaba.
El ICARO: CANTO DE CHAMANES MESTIZOS
El conocimiento y uso de la música, en especial el canto, como elemento curativo en el haber y saber chamánico también está presente entre algunos curanderos mestizos y Luis Eduardo Luna en su artículo “Icaros: Magic Melodies among the Mestizo Shamans of the Peruvian Amazon”, así lo demuestra. Luna trabajó con especialistas rituales mestizos de las provincias peruanas de Loreto y Ucayali, llamados vegetalistas o maestros y encontró que además de curar y practicar tareas chamánicas con tabaco y plantas psicotrópicas y con la ayuda de una sustancia mágica llamada flema, mariri, yausa o yachay, también usan cantos mágicos llamados ícaros, mediante los cuales se comunican con el mundo de los espíritus ejercen sus poderes. Los vegetalistas adquieren estos poderes de los espíritus de la naturaleza (plantas y animales) o de chamanes o vegetalistas fallecidos. La principal planta usada es el yagé o ayahuasca a la cual pueden agregar otras. A estas plantas las llaman doctores porque se tiene la convicción de que a través de su ingestión ellas enseñan a los chamanes.
El período de iniciación puede durar desde algunos meses hasta varios años; las plantas se ingieren periódicamente y en forma sucesiva a la vez que se hace dieta y se guarda abstinencia sexual. Se afirma que en este aprendizaje las madres de las plantas se presentan al iniciado y le enseñan la manera de diagnosticar y curar enfermedades, cómo dominar espíritus del mal, cómo viajar a través del tiempo y del espacio, etc. También puede aparecer un anciano tanto en las visiones producidas por el ayahuasca como en sueños y enseñarle estos poderes. Pero para nuestro interés, este aprendizaje se hace a través de música: los poderes se adquieren principalmente a través de la memorización de los ícaros, cantos que el vegetalista aprende de los espíritus de las plantas, animales, piedras, lagos, etc. durante las visiones producidas por el ayahuasca o en sueños.
Vemos que cada planta tiene su propio ícaro y es usado para diferentes aplicaciones, al igual que existen ícaros específicos para curar determinadas enfermedades o buscar ciertos efectos como lograr el amor de una mujer, llamar el espíritu de una persona, atrapar a un pescado, despedir a alguien apreciado, etc. En el proceso de curación puede cantarse el ícaro solo, usarse como refuerzo de las plantas medicinales o cantarse mientras se prepara la aplicación de la planta. Existe cierta jerarquía entre los ícaros y cada chamán posee uno principal, que según Luna representa la esencia de su poder.
Luis Eduardo Luna sólo señala las funciones de los ícaros, y aunque presenta la traducción de uno y la transcripción en partitura de dos, no se refiere a los patrones musicales ni al lenguaje de los textos. Se refiere sí a la lengua utilizada, pues señala que algunos ícaros se cantan en español y algunos otros tienen el texto en quechua, en kokama o en omagua; se considera que los ícaros cuyo texto está en lengua indígena tienen más poder y se refiere a un vegetalista que cantaba en una mezcla de las tres lenguas para confundir e impresionar a otros chamanes.
Las descripciones del texto y aplicación de estos cantos nos recuerda las características que daba Seeger a los sangére, ya que una propiedad que se le atribuye a un animal puede lograr el efecto que se busca a través del ícaro específico de este animal. Además, Luna dice que se cree que es la melodía en sí misma la que tiene los poderes curativos, aunque más adelante se refiere a un vegetalista que le aseguró que la letra debe ser claramente inteligible para que todos conozcan el espíritu del animal que se invoca
También se refiere este autor al poder que tiene el ícaro para que el chamán o vegetalista entre en trance sin ayuda de ayahuasca, y narra cómo él vió a un vegetalista entrar en trance en varias ocasiones solamente cantando o silbando ícaros, aunque reconoce que algunas veces lo hacía mientras fumaba tabaco.
Fuente: www.humanas.unal.edu.co/colantropos
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