Entrevista a Jacques Mabit
(Tiempo estimado de lectura: 31 minutos)Era un asunto de raíz: la de la ayahuasca contra las raíces de la adicción a las drogas. La llamaremos ‘la ayahuasca’ porque es femenina. Jacques Mabit era un doctor francés experto en Medicina Tropical, de la asociación Médicos sin Fronteras, quien viajaba en misiones asistenciales a África, Asia… y con todas sus ansias salvadoras llegó a Puno. Se quedó en el Perú, viajó luego a la Amazonía y, de repente, el salvado fue él: aprendió a tomar plantas ancestrales. Y creó hace más de quince años, Takiwasi, un centro de rehabilitación de toxicómanos e investigación en medicina tradicional. Es una entrevista larga, pero muy sabia, gracias a él.
Usted estudió Medicina en Francia y fue una persona muy racional hasta que tuvo un descubrimiento.
Estudié Medicina en Francia y Bélgica, especializado en Medicina tropical y Naturopatía, que es una medicina natural que es de nivel universitario en Francia. Yo pertenecí a Médicos Sin Fronteras. Y tuve la oportunidad de ver en distintos países de Asia y África que en las zonas pobres se resolvían problemas que la medicina occidental no, y cuando se preguntaba a los curanderos, a las parteras, contaban historias que eran inverosímiles desde el punto de vista occidental: que tuve un sueño, que apareció alguien que le dijo toma esa planta. Eso no tiene sentido para un occidental racional. O que le fulminó el rayo, se despertó la mujer y se curó. Y cosas así. Y yo veía que sí funcionaba y que la gente era sincera, honesta, auténtica. La idea era aceptar desde el inicio que son especialistas en su campo. Porque lo demostraban sencillamente. Yo les preguntaba y quería aprender, me tomaba mi tiempo y me contaban. Ellos me decían las plantas te hablan, tienes que probarlas.
Y llegó al Perú para ser director de un hospital en el Altiplano…
En Puno, por la limitación de recursos, trabajé con los curanderos, las parteras. Pero luego viajé a la selva, decidí saber si las plantas me hablaban desde adentro, porque los antropólogos interpretaban, por ejemplo, que la prohibición de tomar una planta cuando la mujer menstrúa es una represión del deseo freudiano. Y yo veía que no era así, que los curanderos eran muy pragmáticos. No me convencieron esas proyecciones occidentales.
¿Cómo fue la primera vez que tomó ayahuasca?
Fue acá en Tarapoto, con un curandero que se llamaba Wilfredo Tuanama. Pero tuve tanto miedo que no pasó nada. Yo no buscaba la ‘mareación’, sino aprender cómo esa gente obtiene sus conocimientos. Fue en 1986. Volví dos días después, y me encontré hundido en mi mundo interior, que fue terrible porque pensé que me iba a morir. Fue un combate terrible hasta que me dije: He tomado un veneno y me voy a morir, ya qué voy a hacer. E inmediatamente con la simple aceptación desapareció el miedo y vi que esa pelea era contra mi ego, porque tenía miedo de descubrir mis cosas oscuras.Al día siguiente estaba saltando de alegría, después de haber muerto entre comillas. Me di cuenta de que era un potencial curativo absolutamente fabuloso y empezó mi aventura.
¿Cómo llega a la aventura de dedicarse médicamente a la rehabilitación de drogadictos?
Fue una visión de ayahuasca, no tenía la menor idea ni el interés, pero después de unas diez sesiones vi espíritus de la selva que me preguntaron qué hacía yo acá. Y dije: “Quiero aprender esta medicina”, y me vi atendiendo a adictos. Fue una sorpresa total. Era tan real, tan impactante. Y me resistí. Seguí tomando y aprendiendo, pero después de tres años volvió de nuevo esa indicación. Me decían: “Debes decidir si lo vas a hacer”. Y dije sí.
Empecemos por los prejuicios cuando se dice que la ayahuasca es una mera droga alucinógena. ¿Acaso una droga puede quitar el vicio por otras?
Primero hay que ver lo que entendemos con el término droga, si hablamos de una sustancia que modifica la fisiología del ser humano y puede modificar su conciencia, sí es una droga. Como el café, el tabaco o un medicamento. Pero si se habla de adicción, es decir, que crea dependencia, entonces no es una droga; eso es absolutamente seguro, no crea dependencia alguna. El término alucinógeno es más ambiguo… no es adecuado a la realidad de la ayahuasca porque da a entender que produce falsificaciones de la realidad, de los sentidos. Con la planta si yo veo una serpiente gigantesca, esta no es una realidad material, pero puede representar mi miedo; entonces es una realidad psíquica que es operativa y activa sobre mi ser completo, físico, psíquico, espiritual. Como en los sueños, es una manera de enterarse de un mundo interior…
¿Y cómo es el tratamiento con ese material subconsciente, que en una adicción es muy oscuro?
Dura de nueve meses a un año, máximo. Es un problema de varios niveles: Un nivel físico, que hay que desintoxicar. Uno psicológico, porque siempre encontramos varios motivos que han empujado a una persona a consumir. Una adicción es un síntoma de una problemática familiar, emocional, psicológica, etc. Hay que trabajar en esos contenidos para poder liberarse y ser dueños de sus vidas. Y hay una dimensión espiritual, de sentido de la vida, si hay algo más que la realidad ordinaria. Y si la persona puede acceder a esa dimensión puede aceptar el sufrimiento no como una cosa buena en sí sino como un elemento inevitable de la vida, como dificultades y pruebas. Si tiene la visión que eso va en función de crecimiento y de mejora, de aprendizaje va a poder aceptar las vicisitudes de la vida. Son tres niveles.
¿Cuáles son los otros dos?
Sigue enfocarse en el presente, cómo vivo, quién soy yo, cómo me relaciono, cómo reacciono, cuáles son las dificultades en la vida cotidiana. Y luego la tercera parte, dónde voy, qué voy a hacer, cuál es mi proyecto de vida, cómo me gustaría realizarme. Es la proyección hacia el futuro para salir de acá con perspectivas, objetivos, metas. Esa es la parte principal que asocia recursos de la medicina tradicional, del conocimiento ancestral, pero reapropiado dentro de otro contexto. No somos indígenas, nos adaptamos hasta cierto punto a un contexto occidental, mestizo. Y luego lo articulamos con los recursos de la psicología contemporánea, moderna. Hay tomas de plantas que no solo es la ayahuasca.
¿La convivencia con personas que se enfrentan a sus vicios arraigados debe ser lo más difícil?
Sí. Los pacientes viven acá en comunidad y hay dificultades, hay incidentes, conflictos. Es un material que también podemos trabajar con las plantas: por qué rompí las reglas, etc., entonces hay respuestas que se trabajan en psicoterapia. Hay tres espacios: uso de plantas, psicoterapia y convivencia. Esos tres espacios se van a realimentar en forma permanente y es lo que permite reconstruir algo coherente en su vida.
Lo más polémico es siempre cómo se controla el síndrome de abstinencia.
Lo superamos con la suspensión total de las drogas en la entrada, salvo que la persona tenga medicamentos psiquiátricos asociados a las drogas. Ahí el problema es doble. Cuando es por consumo de drogas lo suspendemos y recetamos plantas purgativas que van a hacer vomitar al paciente, que provocan diarreas, una eliminación drástica de la droga, y ese síndrome disminuye, y al cabo de una semana a 10 días ya no hay problemas. La persona duerme en la noche sin tomar ningún sedante, tranquilizante o sedativo.
¿No han ocurrido casos de violencia, de ataques, que hayan necesitado usar la fuerza?
Sí pueden ocurrir angustias, pero que el paciente llegue a retorcerse no. Nunca usamos la fuerza, porque al principio toman plantas muy fuertes, vomitan por dos a tres horas, pero después duermen y al día siguiente se sienten más claros. Las plantas les generan una catarsis que les da tranquilidad… Estoy en contra de la coacción. Los pacientes tienen que tomar voluntariamente, no obligados por la justicia, por la familia. Y las puertas están abiertas…
¿Cuánto dura el tratamiento en total?
Es de 9 a 12 meses para un adicto promedio.
¿Cuántas tomas de ayahuasca?
Un promedio de 25 sesiones, hacen tres dietas mínimo en periodos de aislamiento en la selva durante ocho días, solo en la cabaña donde se celebra la planta. Esos son momentos muy fuertes de la curación, uno está solo en la selva con un terapeuta que va a verlo durante el día, pero el resto del día lo pasa solo, pero con plantas que van a ayudarlo a mirar y profundizar su propio problema. Hay plantas que van a ayudar a enfrentar los miedos y otras a fortalecer la voluntad, que se pierde con las drogas.
¿Qué otras plantas son parte del tratamiento?
Las purgativas, de dieta. La gente se retira a la selva luego y toma otros tipos de plantas para reforzar el sistema inmunológico, vencer sus miedos, reforzar la autoestima, enraizarse cuando son muy volados… El ajosachafortalece la capacidad de decisión, a salir de la incertidumbre; el uchpahuacha es para gente que es muy rígida, que nunca se emociona, esa planta la reconecta con su pasado y con sus memorias. El uchusanango es para quien piensa mucho, que no puede parar sus obsesiones, relaja del desgaste energético que hay a nivel psíquico.
¿Las visiones de la ayahuasca son distintas a las alucinaciones que se obtienen con LSD o con químicos y ácidos?
Todos los alucinógenos cuando son bien utilizados permiten un acceso al mundo interior sin adicción. El LSD no crea adicción, ningún alucinógeno la genera. Cuando uno accede a la visión de su mundo interior no hay adicción.Si fumo marihuana no tengo una adicción, sino una capacidad y potencialidad adictiva. Si fumo tabaco no tengo visiones, pero si tomo jugo de tabaco, extracto de tabaco, sí tengo visiones, pero nadie es adicto al tabaco en jugo o en extracto acuoso, eso no existe. Osea, es la misma planta, depende del modo de uso de la planta. Es comprobable, cuando se utiliza para acceder al mundo visionario nunca hay adicción, no existe. Ni con el peyote ni con la iboga.
¿El LSD ha sido demonizado entonces?
El LSD es una sustancia que se utiliza en terapia.
¿Como la que promueve Stanislaw Grof?
Sí. Pero hacer un trabajo con una sustancia que modifica la conciencia, como es el caso del ayahuasca tiene que reunir ciertas condiciones. Tiene que haber una preparación correcta, en dosis de producto, en su calidad, que se pone dentro, qué cantidad se toma, es una tecnología, después depende la intencionalidad de la persona que toma. Si una persona viene para de repente pegarse un viajecito por ahí con una mentalidad lúdica de adicto no va a pasar gran cosa, va a tener efectos muy negativos. Y depende de quien dirige la sesión, si es una sesión terapéutica, si es de conocimiento de realidades metafísicas, o para pasar un momento entre amigos y volar. Es totalmente diferente: tomar el alcohol en una misa no es lo mismo que tomarlo en una discoteca de noche, aunque sea la misma sustancia, ¡las condiciones son diferentes! La intencionalidad es fundamental. Y el guía o el chamán o el curandero o el maestro es importante porque él va a crear un contexto ritual, el ritual es una tecnología de comprensión de la experiencia y de integración del material psíquico energético que surgen. Por eso es fundamental que quien maneja la sesión sepa cómo hacerlo y permita que se dé de una forma correcta. Es desaconsejable tomar ayahuasca en su cuarto de estudiante, con amigos, con una sustancia que se compra en las calles.
¿La ayahuasca puede despertar temperamentos psicóticos o esquizofrénicos latentes?
Cuando se toma en condiciones adecuadas, si la persona está en estado psicótico o ‘border line’ no va a pasar nada, se bloquea. La ayahuasca no violenta ni obliga a ver cosas que no estés listo para ver, que no puedes integrar. Pero cuando la persona no lo hace en buenas condiciones puede despertar cualquier miedo profundo, sin hablar de psicosis, puede ser una simple neurosis, pero suficiente para que la persona se sienta perturbada… Además hay un mundo invisible que está habitado por entidades, que son o positivas o negativas. Y eso está en todas las tradiciones del mundo, en el cristianismo hablamos de ángeles y demonios.
En Oriente se habla de espíritus protectores y otros provocadores de negatividades.
Claro, es una observación constante del ser humano en todas las tradiciones de todo el tiempo y de todas las culturas. Es observar una realidad más del mundo. Y este mundo espiritual no es puramente bueno. Hay personas que utilizan y se asocian a esas entidades negativas para conseguir fines personales, un pseudopoder, que va a permitir engañar personas, dominarlas, lo que se llama la brujería, la hechicería y la magia negra. Eso sí existe, y es operativa.
¿Qué es eso, es energía negativa, tiene un término científico?
Bueno, no se puede hablar con lenguaje científico de realidades espirituales que escapan a la ciencia por el momento, aunque la ciencia moderna en los últimos avances se acerca a esos temas. Son entidades, no son solamente energía, son seres, espíritus, criaturas espirituales, pero que se han volteado hacia el mal. Y los brujos, las personas que practican espiritismo,ocultismo, se asocian con esas entidades, de las cuales obtienen informaciones, fuerzas, poderes, pero los tienen esclavizándose. Un brujo es un esclavo de las fuerzas del mal.
Solón Tello ha sido uno de los grandes maestros del lado luminoso, pero ya está viejito.
Sí, es quien nos enseñó acá, los que he conocido ya se han muerto, por la edad. Muchos curanderos son amigos, trabajan con cosas positivas para sus familiares, sus amigos. No trabajan con cosas negativas, no hay que creer que porque tiene plumas y la cara de indígena ya es un chamán. Porquetoda la moda del neochamanismo, del turismo chamánico están floreciendo como los hongos, los champiñones después de la lluvia, que están por todas partes. Para ser un curandero auténtico son años de aprendizaje. Son dietas larguísimas que hay que sumar, con abstinencia sexual. Y los curanderos tradicionales no cobran plata, trabajan en su chacra, en la agricultura, no vivían de eso. Ahora se ha vuelto un negocio, hay muchos extranjeros que pagan 100 dólares, es un business. Es la atracción del dinero, de las chicas, que terminan siendo presas del apetito sexual del curandero, que le va a convencer de tengo que darte mi energía cuerpo a cuerpo. Y terminan en la cama y el afán de poder, es un mundo guerrero, donde los brujos se hacen la guerra permanente.
Es un estado de paranoia entre chamanes, lejos de toda la idealización que se hace en torno a ellos, pues no son seres iluminados, yo creo que los pocos buenos son más como ‘técnicos’. En San Francisco de Yarinacocha viven asestándose golpes, mandándose enfermedades, el 99% no es muy superado espiritualmente.
Es que hay que ver que esa tradición viene del mundo tribal, donde la unidad de referencia de la persona es su clan, comunidad, su etnia, y la comunidad de enfrente es la enemiga, entonces hay guerras para restablecer el equilibro entre los dos o tres grupos. En teoría, en una sociedad occidental no hay esta dimensión tribal, la referencia no es la tribu, el clan o la familia, es la tierra entera, tengo que hablar teóricamente a todos, los negros, los blancos, los gordos, los flacos, las mujeres, los hombres. El amor es universal, no reconoce a otro que sería desechable, en teoría. Eso obliga a ver de dónde viene el mal, que no es de fuera sino de dentro de mí. Y si viene de afuera, es cómo eso hace eco en mí, cómo toca mi orgullo, mi cólera, mis problemas no resueltos, es una oportunidad de crecimiento personal. Y esta noción de crecimiento personal no es tradicional indígena. Allí no hay eso, sino de adquisición de fuerzas, como el guerrero, que tiene que adquirir más y más conocimiento, sabiduría, instrumentos para enfrentar al enemigo. El enemigo está materializado en el otro de enfrente. En nuestro mundo el enemigo es del mundo espiritual y mi peor enemigo lo tengo adentro. Es importante reconocerlo, porque cambia totalmente la visión de las cosas. Tengo que pelear conmigo mismo, mucho más que con el otro. El otro es más bien un revelador de mi enemigo interior, de mi sombra.
La sombra de la que hablaba Carl Jung.
Sí, es revelador de mi sombra. Por eso, según esta permite alcanzar las partes oscuras de sí mismo, visualizarse y liberarse de ella si uno quiere, porque hay que vencer su cólera, su orgullo y su miedo. Cada vez que uno se libera de un sentimiento negativo, de una cólera, de un miedo, de un rencor, se siente mejor y puede liberar su mundo psíquico interno para poder alcanzar conocimientos sobre la vida, cómo funciona el ser humano.En ese sentido es una vía real que conduce a la luz, es por eso que desde mi punto de vista no es incompatible el uso del ayahuasca con el cristianismo. Al contrario, es una fecundación fabulosa.
Con la marihuana hay quienes dicen que no es un químico sino una planta también sagrada. Pero sí genera adicción. ¿Cómo se puede sacar a una planta con otra planta?
El canabis es una planta sagrada como la coca, como el tabaco, depende de cómo se utiliza. Es la libertad del ser humano de utilizar estas plantas para el bien o para el mal… Los occidentales queremos hacer las cosas como nos da la gana y en nuestra ignorancia pervertimos, desacralizamos las plantas sagradas.
La cocaína tiene más mala fama que la marihuana…
No. Hay más psicosis desatadas por el canabis que por la cocaína, pero el efecto del canabis es más lento, más sutil y por lo tanto es más invisible. Te distorsiona la percepción del mundo espiritual… El fenómeno de la adicción viene de la profanación de las plantas sagradas de la cultura tradicional por el mundo occidental, que no respeta la preparación, el ritual, la guía; nadie se interna en la selva solo… La adicción es un fenómeno típicamente occidental, no existe en las sociedades tradicionales.
¿Cuáles son las drogas más difíciles de tratar?
Los inhalantes que utilizan los niños… También la acción del hachís, del canabis, con el alcohol, eso aloca a las personas. Entran en psicosis, siempre que se asocia el alcohol con una sustancia fumada, pasa a la sangre, diluye lo que se consume y aumenta la absorción en el cuerpo de la droga.
Según mi experiencia hay dos miedos fuertes que te hace enfrentar las plantas: el primero a la muerte y después a la locura.
Nos permite ir al extremo de nuestro ser, y en los extremos encontramos los dos grandes miedos: miedo a la muerte física y el miedo a la muerte psíquica, que se pueden reunir muchas veces. La muerte psíquica es la locura. Ya estoy loco, me desintegro en el absurdo, en la incoherencia total. Y la muerte física nos acerca a eso, cuando pierdo mi cuerpo dónde estoy, qué hay. Finalmente uno llega a realidades metafísicas, qué hay más allá de nuestra integridad física y psíquica. Y si no hay la dimensión espiritual es una vida absurda o hay que suicidarse o comer y tomar hasta no más. Cuando uno llega a esos extremos descubre que dentro de un contexto ritual hay una realidad: el mundo espiritual y es coherente, jerarquizado, organizado y que Dios es la bondad absoluta, la inteligencia absoluta y que las fuerzas del mal son nada en relación con la fuerza divina o la trascendencia. Después cada uno va a acercarse a ese misterio con su cultura, sus instrumentos, pero restablece la bondad fundamental de la vida, en que todo puede ser curado, perdonado. El perdón es la gran medicina.
Usted tiene imágenes de la Virgen de la Puerta y de San Miguel Arcángel . Es muy católico y eso es raro, porque la mayoría que se acerca a las plantas tiene una espiritualidad más cercana a la oriental.
Soy católico practicante y comprometido. Si no tuviera esa fuerza, no podría hacer lo que estoy haciendo. Es una oportunidad de redescubrir el tesoro que hay en la fe a Cristo, que está a veces opacada porque han hecho que se vuelva una ritualidad sin sentido, con prácticas devocionales sin que haya un compromiso con la vida concreta. Las plantas permiten reapropiarse de la fe católica, que esta es un encarnación, Dios se encarna en Jesús y nosotros también somos espíritus encarnados, en cuerpo físico, tenemos un alma, un espíritu, que viene de Dios. Esa espiritualidad no es evanescente que estaría allí por los aires y que hay que escapar del cuerpo, de la sexualidad, para alcanzar eso. Es una integración acá, no una huida de las realidades concretas, materiales y cotidianas para escapar a una especie de fantasía mental.
¿Usted lo ha sentido en sus visiones?
Sí, con un guía competente, con una ritualidad, las personas purifican su fe y un católico se vuelve mejor católico, un budista mejor budista, un musulmán mejor musulmán. Pero hay personas que se confunden. La ayahuasca es solo un instrumento que no hay que idolatrar. Me quito el sombrero por ella, es una planta sagrada, un don extraordinario de Dios. Pero al único a quien se puede adorar es a Dios.
Ese es el gran error de quienes se acercan a las plantas sagradas y creen que es el bálsamo milagroso.
Es una planta sagrada sí, es un don extraordinario de Dios. Pero es una criatura, no Dios.
¿Qué es el ayahuasca entonces, un espíritu, una energía inteligente, con qué se conecta?
Es todo a la vez. Cada ser humano tiene un espíritu individual, en el mundo vegetal hay un espíritu colectivo. No es que cada ayahuasca tiene un espíritu sino es uno colectivo de las ayahuascas.
¿Tiene un ángel?
A cada elemento de la creación, de la naturaleza, corresponde un espíritu protector o tutelar. En la tradición católica es un ángel. Ese espíritu es una criatura de Dios, pero dentro de la realidad del mundo es inferior al ser humano.
¿Es un ser elemental?
Hay una jerarquía, hay los ángeles que son puros espíritus, no tienen realidad material y los demonios que son ángeles caídos, por el lado negro. Pero cuya inteligencia espiritual es superior a la del ser humano, por eso, un ángel que escoge el mal, rechaza a Dios, no tiene salvación. Porque lo hace en pleno conocimiento. Después tenemos la realidad de los seres humanos que son espíritus encarnados. Y luego tenemos los seres de la naturaleza, los animales, las plantas. El ser humano es superior a los elementales o espíritus de la naturaleza, por eso, siempre tiene que tener dominio sobre esos espíritus. Lo que pasa con el brujo es que se deja poseer por los espíritus inferiores. Es una gran tentación. Está invirtiendo la jerarquía del orden creado por Dios, hay leyes y las invierte. Por eso se esclaviza.
El chamán bueno tiene que ser muy fuerte porque son tentaciones de poder, de dinero, de sexo, que también aparecen en la Biblia.
El brujo está dominado por estas tentaciones. Se aliena a ellos. Los demonios no tienen amigos sino esclavos, por eso los brujos terminan siempre muy mal. El curandero bueno rechaza las fuerzas del mal, va a pelear contra esas fuerzas en base a su honestidad y a su vida espiritual.Es por eso que cuando uno se asocia, se afilia y reconoce el poder de Dios, de la virgen y de los santos, de los ángeles, el curandero evoca, llama, él no lo hace, sino son las fuerzas espirituales que combaten.
¿Es como un sacerdote liberador?
Es lo mismo, porque está haciendo una especie de función sacerdotal, con ciertas diferencias, porque el cura no tiene un poder sacramental. Pero los icaros, los cantos de ayahuasca son una celebración de la vida, una llamada a las fuerzas del bien para liberarnos de las fuerzas del mal. No es el curandero el que hace el trabajo, actúa como instrumento; como el ayahuasca también es un instrumento, es un intermediario que si se pone ese instrumento dentro de una dimensión espiritual divina, positiva, se vuelve una medicina extraordinaria. Pero el ayahuasca también se puede utilizar para hacer magia. Porque el ser humano tiene poder sobre los elementales y él puede decidir en qué lo utiliza. Es un instrumento como el cuchillo que uno lo puede utilizar para pelar un pedazo de carne o matar a su vecino.
Ufff, estamos hablando ya de alto conocimiento, me imagino que conversar de estos temas con personas con mentalidades racionalistas intransigentes debe ser difícil, de los que condenan sin haber vivido la experiencia. Pero sigamos, una vez una amiga estuvo en una sesión y me contó que vio cómo el chamán le estaba robando la energía a una persona muy pura por la columna y fue corriendo y le puso una frazada para protegerlo. ¿Eso es factible?
Sí, es factible. Se puede absorber la energía de las personas. Eso es lo que hacen los brujos, necesitan alimentarse, son como gallinazos.
¿Como vampiros?
Son vampiros, porque para poder crecer hay que crecer en lo energético, pero a través del esfuerzo, de la purificación, de la comprensión de sí mismo, de la pelea con sus propias negatividades, cuesta mucho. El brujo no quiere hacer estas cosas. Es una persona débil, miedosa, por eso tiene que actuar en la oscuridad, de forma oculta, porque tiene miedo, es una perversidad. Puede hacer eso, por ejemplo, un brujo va a hacer dietar a una persona, que va a hacer el esfuerzo, ayunar, tomar plantas y va a enriquecer su cuerpo energético, lo purifica y viene el brujo y absorbe esa energía y se la pone en su cuerpo. Y el otro se pone peor y ya el brujo vampirizó. Por eso,hay mucha química, por eso, repito ¡es peligroso, ir a tomar ayahuasca con la primera persona que se presenta bien! Hay técnicas en ciertas tradiciones indígenas donde se utilizan cantos de seducción y complementados con perfumes, que actúan sobre el cerebro de forma subliminal, la persona no lo percibe conscientemente. Si el brujo usa esos olores que son muy refinados, que tocan la base del cerebro, el encéfalo, dan una sensación sumamente agradable a la persona, de paz, de éxtasis, pero la persona no sabe que son perfumes y técnicas específicas de sonidos o cantos. Y atribuye eso al brujo y dice es encantador, maravilloso, lo asocia eso con él. Y este empieza a tener poder y la somete, y la convence de que tiene que acostarse con él y darle dinero, hacerle conocer gente importante. Esas son técnicas de seducción que son sumamente poderosas y que no las encontramos solamente acá sino en todas las tradiciones del mundo.
Lo que usted me dice está presente en los mitos…
Sí, por ejemplo, Ulises pide a la gente que lo amarre al mástil para no estar seducido por los cantos de las sirenas. Porque si escucha sabe que no va a poder resistir. Y aquí hay cantos de las sirenas que tienen exactamente la misma función, y yo fui a África y hay cantos de las sirenas, porque ellas son entidades que existen, que no son solamente mitos y cuentos, y por eso, se encuentran en todo el mundo. Ellas tienen una realidad no solo psíquica sino espiritual y que igual se pueden utilizar para bien o para mal, porque otra vez el ser humano es jerárquicamente superior en el orden de la creación. Entonces puede entrar en una relación de servicio con esas fuerzas como uno puede tener un caballo que lo amaestra para su servicio, y lo respeta y lo ama y cuida. No es aplastar, es estar al servicio sin perder tu estatus porque sería una transgresión al orden de la vida.
Claro, cuando uno vive en la naturaleza con las culturas tradicionales y accede a sus conocimientos sabe que las hadas, los duendes, son seres que existen en otra dimensión. Y estos pueden ser un poco perversos también…
Hay de todo, es todo un mundo. Es una realidad que desconocemos en el mundo occidental, pero que es reconocida en todas las tradiciones. Y cuando un occidental toma la planta los ve igual que un indígena, porque no son elementos culturales, son realidades de la naturaleza, como si un chino se va al desierto verá las dunas de arena así como si fuera un negro o un blanco. Están ahí. Si no vemos los infrarrojos porque escapan a nuestro espectro perceptual de la visión, no vemos los ultravioletas, pero no es porque no existan, pero si tienes los medios adecuados vamos a ampliar nuestros espectro perceptual y vamos a ver esas ondas, igual en el oído, con los infrasonidos o suprasonidos que no percibimos naturalmente. Lo normal son los cinco sentidos, pero hay muchos otros sentidos que nos dan una aprehensión de la realidad, que pueden ser espectros amplificados de las plantas, que nos permiten toda una realidad que no percibimos inmediatamente. Si no, bajo ciertas circunstancias, por ejemplo, en gente que hace un ejercicio extremo y entra en agotamiento. O la gente que está en las alturas cuando falta oxígeno, o en ayunos prolongados, aislamientos de iniciación en cuevas y ya está en la oscuridad, en el silencio total y poco a poco va a modificar su percepción y va a poder percibir cosas que antes no percibía. Con la planta podemos acceder a estas funciones psíquicas, modificarlas y ampliarlas. Entonces descubrimos otros niveles de la realidad, no otra realidad.
Una vez conocí una sacerdote que le parecía que la ayahuasca reforzaba su cristianismo, pero después que le parecía peligrosa, porque le abría demasiado el mundo a estos seres que él no podía controlar.
Sí se puede controlar si se conoce cuáles son los pasos rituales. De hecho que en la enseñanza cristiana casi nada se nos dice de eso, la Biblia no es un libro científico, que nos dice toda la realidad, sino de una realidad simbólica. Pero el reto actual del cristianismo es abrirse a estas realidades e integrarlas, porque ya todo está en la revelación, a nivel espiritual, y en nuestra experiencia es la fecundación de las tradiciones indígenas y su conocimiento muy sofisticado de la naturaleza, cuando se pone bajo la jurisdicción o la tutela de Jesús o de la virgen en especial, entonces sí se puede controlar, la virgen tiene una función sumamente específica, porque ella tiene la función de aplastar la cabeza de la serpiente. Es ella la que tiene esa virtud, de dominar a los malos espíritus, ningún mal espíritu, maligno o demonio resiste a la virgen. Entonces cuando uno va a asociar en su ritualidad a la oración pide la protección con fe a la madre de las madres.
En una época buscadora de mi vida participé en sesiones de ayahuasca por casi toda la selva: en Tarapoto, Pucallpa, Iquitos y he sentido muchas veces esas presencias abrumadoras y fuertes, oscuras de la naturaleza. Y uno se da cuenta que se te meten, que te mueven hasta las extremidades y te producen un desasosiego tremendo. Algunas son incontrolables hasta para el chamán. Es tan peligroso.
Porque faltaba la preparación y la forma ritual. Cuando uno hace una sesión es quien va a determinar el espacio en que se va a desarrollar la experiencia, debe poner las protecciones, los cuidados, para que las personas puedan ir muy lejos en su conocimiento, en su exploración, pero integrando ese conocimiento después en su cuerpo. Cuando la gente consume una droga como cocaína, marihuana, va a tener experiencias, siente cosas, percibe emociones, energías. Pero no las puede integrar, es tan fuerte, que es una cosa fuera de su sentido común, cuando vuelve a esa realidad sufre, porque esta vida le parece gris, sin interés, en relación a las potencias energéticas, psíquicas, que ha sentido cuando estaba bajo el efecto de la droga. No puede integrar la experiencia y se va desintegrando. Siente una disociación de dos mundos, porque no puede integrar la experiencia en la modificación de conciencia. Es el tipo de la adicción.
¿Cómo se diferencia esa adicción sin integración de la que uno vive con la ayahuasca?
Las drogas son como entrar a un cine sin pagar la entrada, entonces te esperan a la salida y te cobran el doble. Cuando tú vas a hacer un trabajo de iniciación con plantas sagradas sí pagas la entrada, porque sufres, porque te vas a confrontar con tu miedo, con tu orgullo, con tu cólera, rencor. Y cuando vomitas eso, cuando eliminas eso de ti, tienes los beneficios, y uno entiende y se libera porque ya puede cambiar su comportamiento y accede a conocimientos espirituales. Pero viene después de haber bajado a su realidad oscura y bajado a sus propios infiernos.
¿Y enfrentar a tu propio monstruo, como muestran todos los relatos míticos según Joseph Campbell?
Y tienes que hacerlo con protección. El chamán debe ayudar a la persona, confortarla, empujarla, protegerla y al final la persona tiene que estar totalmente en paz, en tranquilidad.
¿El chamán puede ser un exorcista entonces?
El exorcismo es la expulsión de las fuerzas espirituales negativas, del mal, que todos las tenemos y que están por todas partes. En la tradición cristiana cualquier persona bautizada a nombre de Jesús puede contribuir a liberar a las personas a través de la oración, salvo que cuando son cosas muy fuertes que llegan a un estado de posesión, ahí se necesita un ritual que es el de la iglesia, que solo lo puede hacer un sacerdote autorizado por el obispo. Un exorcismo de esta naturaleza, público con el uso del ritual es reservado porque tiene el poder de Jesús y puede ordenar a los espíritus alejarse y no es una sola vez; a veces, es un combate muy difícil. Y también hay la forma de decir la verdad, porque los demonios falsifican la verdad, cuando uno la dice se van corriendo, no la soportan. El icaro es una forma de oración cantada que restituye la verdad de las cosas.
¿Qué es la verdad?
El chirinsanango cura el frío, es una verdad. Entonces es la evocación del poder del chirinsanango para eliminar el frío físico. Pero hay el frío emocional y el frío espiritual. Es suficiente decir eso para hacer frente a la mal-dicción, la bene-dicción es lo que está dictado bien, que dice la verdad, aleja la mal-dicción: la mentira, la palabra falsificada. Solo el ser humano puede hacer eso, porque tiene el poder de la palabra, otorgado por el verbo, que es la palabra de Dios. Por eso el icaro, el canto de los curanderos que evocan la belleza de la naturaleza, las fuerzas de los árboles, de las plantas, esta celebrando, esta alabando, está glorificando a Dios, aunque no tienen la noción de un dios cristiano, porque estas tradiciones son precristianas. Pero se han acercado a eso, al conocimiento de la revelación a través de la naturaleza. Y haciendo esto están celebrando la vida y por lo tanto, están bendiciendo a sus pacientes que están ahí y alejan las maldiciones, porqueel poder de la bene-dicción es mil veces superior al poder de la maldición; cuando es una verdadera bendición por supuesto, hecha con fe, convicción.
Una pregunta de acuerdo con mi experiencia, porque temerariamente me internaba en comunidades. ¿No es demasiado provocador y traumático para un occidental ir de frente a la selva a estar solo en la noche negra en una ceremonia que te abre el 90% de tus capacidades conscientes e inconscientes?
En Takiwasi hay primero una preparación, primero con las purgas de tres semanas, con saunas y baños de plantas que prepara al paciente a tomar ayahuasca una vez a la semana. En el transcurso entre dos tomas va a haber otras plantas que llamamos plantas de contención, que se toman todos los días en pequeñas dosis, fortaleciendo el cuerpo, la voluntad, dando más ánimos para trabajar. Y recién después de dos a tres meses de este proceso, recién se va a la selva por una semana. No solo es la dificultad de esto, sino cuando la persona hace su dieta, hay una ausencia de sal, de azúcar, una alimentación muy pobre para que la planta tenga un efecto muy fuerte y muy poderoso, después tienen que observar una dieta de forma estricta que si no la observa puede tener problemas. Las plantas exigen, como trabajan sobre las energías, que no se mezclen con otros tipos de energías, como la alimentación, la sexualidad, si la persona observa eso se puede estabilizar física y psíquicamente. Cuando vemos que tiene cierta seguridad, que la persona tiene la preparación y la comprensión de lo que va a hacer va a la selva.
¿Por qué se tiene que cuidar la energía sexual?
Las plantas trabajan a nivel farmacológico, molecular, como cualquier medicamento, pero también cuando se utilizan en técnicas de curación chamánica, con rituales, hay que trabajar a otro nivel, que no solamente es física, es del cuerpo energético. Y a este cuerpo lo que más lo puede perturbar es la relación sexual, porque en la excitación entra una vibración intensa que puede ser muy perturbadora cuando uno está tomando plantas. Porque no podemos integrar las fuerzas de la planta y al mismo tiempo un terremoto. Y además hay la relación con el cuerpo de otra persona. Que cuando se toma la planta la persona está muy abierta energéticamente y va a absorber las energías de las otras personas, es una mezcla, una fusión energética, que puede ser peligrosa. Hay perturbaciones energéticas muy fuertes.
¿Uno puede atraerse negatividades de la otra persona?
Negatividades o solo el otro tiene otro tipo de vibración, puede haber un cruce de energía. Esa persona está ‘cruzada’, dicen los curanderos. Es una interferencia, por eso nuestro cuerpo está protegido con elementos como la sal, protegen nuestro cuerpo energético. Y cuando cancelamos totalmente la sal tenemos una hipersensibilidad al mundo exterior. Entonces es una ventaja si se utiliza de forma terapéutica, pero es una desventaja si uno quiere estar en contacto con ruidos, ciertos olores, con gente que está consumiendo drogas, porque su cuerpo energético está totalmente en desorden. Y demás factores de perturbación. Y en la sexualidad es fundamental, no tiene ninguna connotación moral, y se puede comprobar, no son creencias culturales. Son cosas que hemos probado, porque hubo mucha gente no lo respetó, se olvidó y les pasaron cosas fuertes.
Y está la prohibición de la regla en las mujeres, no pueden tomar si están menstruando, ¿por qué?
Porque la mujer cuando elimina sangre, elimina a nivel físico la preparación del útero para tener un niño. Como no hay fecundación entonces se limpia el útero cada mes, pero al mismo tiempo no solo va a limpiar el material biológico, la sangre es a nivel físico la esencia de nuestra energía vital, por eso hablamos de tradición de sangre, de pactos de sangre y la sangre de Cristo. Porque es la manifestación física, somática, de lo que sería el alma del ser humano. Entonces cuando la mujer tiene su regla, la sangre es una limpieza de su alma, de sus energías más profundas, lo que es una suerte y ellas no lo saben. Por eso las mujeres en todo el mundo viven más que los hombres. Porque tienen esa limpieza durante 30, 40 años de su vida… Y por eso, la sabiduría ancestral sabe que es peligroso que tomen ayahuasca con la regla, hay olores además subliminales que uno no percibe conscientemente pero que son tóxicos. Se puede comprobar eso y es terrible.
Hay feministas que dicen que por esto, el chamanismo es producto de una inaceptable cultura patriarcal, machista.
Sí he escuchado este tipo de discursos. El mundo del curanderismo es sumamente pragmático, mucho, todo lo que hacen es por una razón concreta y práctica. Aquel es el discurso occidental que cree que las culturas originarias funcionan en el mundo de la incoherencia y la irracionalidad. Los más irracionales son los occidentales que están presos de su sistema racionalista y todo lo que escapa a ese sistema consideran que no existe. Es terrible, es una ignorancia monumental. La ciencia occidental tiene que constatar lo que funciona, pero antes de constatarlo lo trata de charlatanería. Se ponen telarañas sobre las heridas y dicen que es ignorancia, hasta que se descubre que la telaraña es un antibiótico natural y ahora sí. No es que recién se descubre, era funcional. La ayahuasca es una mezcla muy sofisticada a nivel de composición química, que la ciencia occidental solo ha descubierto hace 50 años. Tiene unos inhibidores de monoaminooxidasa (IMAO), que es una familia de antidepresivos. Por esto, está diciendo la psiquiatría que el ayahuasca es antidepresiva ¿y cuándo han descubierto eso? Pues hace más de tres mil años. Hay que tener un poco de humildad, los indígenas no saben dibujar la molécula, pero el conocimiento se formula con otro lenguaje, más metafórico, simbólico, analógico, pero es funcional. El conocimiento no racionalista no es irracional, es transracional, que funciona con los recursos del cerebro derecho. Nosotros tenemos el cerebro izquierdo bien amaestrado, pero el izquierdo está ahí, atrofiado. Lo que les falta a los indígenas es desarrollar el cerebro izquierdo. Despreciamos a los indígenas porque no reconocemos su lenguaje. Este lenguaje existió en nuestras civilizaciones occidentales, la vida mística, que está en todas las culturas, que podemos reconocer, reaprender. La interpretación de los sueños ya es un lenguaje metafórico, simbólico.
Pero volvamos al tema anterior, no puede negar que en una sesión con la ayahuasca aparecen los instintos, los apetitos, la energía sexual está muy presente.
Si hacemos un trabajo con las plantas vamos a despertar las energías. La libido es una energía vital, la sexualidad es una energía sagrada, otra cosa es que lo hemos olvidado. Es como decir hacer el amor, se puede expresar, se puede vivir el amor, pero no hacer. La sexualidad es la separación en dos manifestaciones: una masculina y otra femenina para que puedan después unirse sin la fusión. La fusión es el retorno a la indiferenciación del útero materno. En la vida estamos llamados a diferenciarnos, a crecer, a reconocer nuestra unicidad, pero eso nos da mucho miedo, porque significa responsabilidad y soledad. La presión de estar en la masa, todos unidos en grupo, sin diferenciarnos, no queremos ser libres, asumir responsabilidades de nuestra vocación, de nuestro ser. La sexualidad es uno de los lugares más específicos, donde uno va a descubrir la alteridad, el otro diferente de mí y que ese otro me complemente. Yo nunca voy a poder saber lo que es la feminidad porque soy un hombre, claro que tengo la feminidad, pero solo a través de una mujer voy a poder descubrir, sin agotarla nunca, poco a poco, y viceversa, mi compañera va a descubrir lo que es la masculinidad a través de mí. Y vamos a poder fecundarnos, unirnos a nivel psíquico, espiritual, sin fundirnos en una especie de antropofagia mutua donde el uno se traga al otro. Es con respeto profundo, es un camino, la sexualidad es una sacralidad porque va hacia la unión espiritual, no solo la unión de los cuerpos. No solo lo afectivo, emocional, sino espiritual y es el prototipo de la unión con Dios. Es un espacio que debe ser siempre sagrado. Por eso, es tan importante la consagración de las relaciones. Y por eso, el matrimonio cristiano dice que deberíamos tener relaciones sexuales solamente en la consagración, porque el cuerpo es un templo donde está el espíritu. Entonces si yo hago entrar a mi templo sagrado que es mi cuerpo, otra persona, otra energía, sin que haya consagración, reconocer que voy a hacer un acto espiritual, entonces estoy profanando mi cuerpo, adulterando mi energía. Ese es el adulterio, que no es solo acostarse con la vecina, que es lo prosaico, popular, sino una adulteración de mi energía espiritual, por eso es grave. Entonces hemos perdido las leyes espirituales y nos choca, no puedo hacer lo que quiero…
¿Según usted, uno tiene que descubrir su ser sagrado con una sola persona?
Y ya es suficiente, no es no solo no contaminarse, sino que no puedo, no puedes agotar lo que significa la feminidad, te toma toda una vida, si con una mujer es difícil, no sé como será con diez.
Usted ha escuchado esa interpretación de cuando se ven serpientes en un trance de ayahuasca. Y que se trataría del despertar de la energía que los hindúes llaman kundalini que es la energía sexual divina que aparece en forma serpentiforme por la columna.
En el mundo oriental han definido la fisiología energética, y es totalmente coherente con la ayahuasca, que despierta esa energía que empieza en la base, en un punto, el primer chacra que está ubicado entre los genitales y el ano. Entonces es como se anima esa energía, y lo que pasa con la planta es que toca el chacra sexual. Y la gente siente la excitación sexual y ahí es donde hay que ir con control sino esa energía en lugar de hacerla crecer la va a desparramar en diez mil relaciones y a malograr. Por eso hay que ser consciente que es un camino en el que hay reglas. ¡La ayahuasca es un camino con reglas!
fuente: http://blogs.elcomercio.pe/unicorniosydragones
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