Nana Nauwald

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Nana Nauwald, artista psicodélica y visionaria alemana, afirma que su visión del mundo fue creada por la infancia y los años de aprendizaje en su casa, de familia de artistas, vivificada con imágenes de universos mágicos. También penetrando en los secretos de los viejos mundos de colores en su trabajo como restauradora de cuadros antiguos e iglesias.

Pero su obra fue marcada decisivamente por los elementos espirituales de la pintura antigua y sus técnicas, al igual que sus estadías en culturas indígenas de la Amazonía, Nepal, África del oeste y Nuevo México que afianzaron su curiosidad creativa.

Estas culturas viven en una tradición chamánica en la cual a menudo no existe un concepto sobre el arte. El arte es una parte del mundo espiritual. Los encuentros y experiencias en estas culturas que todavía viven en contacto con la naturaleza se unieron con su herencia artística occidental. De ese modo sus cuadros llaman la atención sobre la red de los mundos visibles e invisibles y los lazos entre todas las formas de la vida. El hilo conductor que entreteje su trabajo es el conocimiento “sinestésico” de que el color es una expresión visible de los sonidos. Según Nana, sus cuadros son cantos que ella hace visibles en formas y colores, como si de un chamán ayahuasquero se tratase. Sus telas son “canciones de colores cargadas con dinamita espiritual” y tal como se vivencia con muchos enteógenos, para Nana el espacio es de color negro y de él emanan cascadas de colores a nuestro plano. Por ello el uso de colores fuertes sobre fondo negro en la técnica de barniz.

Los cuadros de Nana Nauwald reflejan su propio camino vívencial, y sin duda las centelleantes lluvias de colores sobre fondo negro que ha podido “ver” en sus experiencias con enteógenos.